Champagne Le Cotet Lassaigne

Champagne Le Cotet Lassaigne La historia de este Champagne Le Cotet Lassaigne es la historia de Montgueux, el pueblo encaramado en una colina al norte de Troyes tan apreciado por los maestros bodegueros de las grandes casas. Jacques Lassaigne originalmente comenzó a embotellar su propio Champagne en este lugar en la década de 1980. Dos décadas más tarde, su hijo Emmanuel transformó el dominio familiar en uno de los pequeños productores más enfocados y emocionantes de Champagne. Chardonnay es rey en Montgueux. Aquí, los viñedos se dedican casi por completo a la uva, así como a una pizca ocasional de Pinot Noir. Montgueux en sí es un afloramiento de piedra caliza calcárea que se eleva como una colina solitaria con una vista imponente de los alrededores. Lassaigne cuida 3,5 hectáreas de sus propios viñedos y añade otras dos hectáreas de uvas de sus vecinos de Montgueux. Todos los vinos tranquilos se vinifican de forma natural y con precisión, luego se envejecen en barricas de roble usadas durante 12-24 meses antes de la segunda fermentación en botella. Por supuesto, hay alguna excepción. La gama de vinos está igualmente enfocada: cinco cuvées cada año, más el “experimento” ocasional cuando se le antoje. A pesar de la pequeña producción, y como resultado directo de su vinificación meticulosa y consistente, Lassaigne es legítimamente uno de los productores artesanales más buscados en Champagne. Las uvas se vendimian a mano de la parcela Le Cotet en su máxima madurez antes de ser despalilladas y prensadas suavemente. La fruta se somete a una fermentación maloláctica completa y no se agregan sulfitos a la mezcla. El vino se envejece en barricas nuevas y viejas de 12 a 24 meses y se mantiene en botella de 1 a 5 años hasta que se degüella, se tapa con corcho y se suelta dando como resultado este maravilloso Champagne Le Cotet Lassaigne Extra Brut Blanc de Blancs. Champagne Le Cotet Lassaigne es de color pajizo pálido en copa con hermosos aromas minerales, frutos secos y ralladura de cítricos que reflejan la expresión más pura del terroir de Montgueux. En boca es vibrantemente vivo con sabores cítricos y melón crujientes que están respaldados por una acidez hábil y una mineralidad deslumbrante. El final resuena con suculentas notas cítricas.